Porque fundamentalmente lo que la gente me dice cuando les anuncio que me voy a trabajar a Japón es: "¿Japón? Pero eso está muy lejos, ¿no?", y una, frente a un comentario tan cierto y que a la vez aporta tan poco, se queda un poco descolocada. ¿Qué se responde a eso? ¿Qué sí? Que Japón está lejos ya lo sabemos todos, evidentemente. "Sí, bueno, pero total ahora, con el móvil y el ordenador..." y la conversación vuelve a estancarse en una oda a los avances tecnológicos.
Así que dejad que os cuente cómo demonios he acabado aquí, y por qué tenía tantas ganas de venir en primer lugar.