domingo, 5 de octubre de 2014

Irse es más fácil cuando tienes fecha de vuelta

Irte te vas de todos modos, pero de alguna manera ayuda pensar que dentro de x meses vas a volver a casa. Cuando te entra la morriña puedes mirar un calendario y contar los días que te quedan para volver a ver a tu familia y tus amigos y estar en casa. Cuando te vas sin saberlo, no tienes ese apoyo y aunque sabes que en el fondo vas a volver, es como si no fuera a llegar nunca.

Y esto os lo dice una que se acaba de ir, así que quién me verá en dos meses cuando sea Navidad y yo esté aquí.


El aeropuerto de Asturias es un poco un asquito, como todos sabemos, así que me tocó tragarme seis horas de bus a Madrid. Seis horas dando cabezadas y retorciéndome en un asiento. Lo único bueno es que me dejó en el aeropuerto a media hora de que abrieran la facturación, con lo cual me libré rápidamente de mis gran (muy grande) maleta.

Lo peor de un avión es que te toqué el asiento del medio. Porque el de pasillo todavía se tolera, pero el del medio es un coñazo. Y yo tenía el asiento del medio no sólo en uno, sino en los dos vuelos. Ahora, hay veces que la suerte te sonríe. Y como no es verano y no es temporada alta, el asiento del pasillo estaba vacío... Di tú que como me dormí según despegó el avión y me desperté lo justo para comer el sándwich que nos dieron.

Por otra parte, las escalas de dos horas no son tan largas como puedan parecer en principio, sobre todo cuando los aeropuertos tienen diseños innavegables en los que nada tiene sentido y que están de gente hasta la bandera. Así que a lo mejor los escandinavos tienen sus fallos. Aún así nos llevan años de ventaja, porque tienen wifi gratis en todo el aeropuerto, e ilimitado, no como los ratas de Aena, que sólo te dejan quince minutos.

¿Os había dicho que tenía el asiento del medio en los dos vuelos, no? Pues en este tenía el asiento del medio de la fila del medio. Y no sólo no había nadie de un lado, sino que los dos asientos a mis lados estaban vacíos. Perfecto para tumbarse y dormir. ¿Problema? Después de dormir en el bus y el otro vuelo estaba despierta cual lechuza.

Por lo menos tenían bastante películas para elegir, y como no la había visto todavía me puse con Cómo entrenar a tu dragón 2, que para quién no lo sepa es de animación. Así que ahí estaba yo viendo la película cuando nos trajeron la cena, y hasta ahí todo bien. Pero la azafata no había dado ni tres pasos cuando da la vuelta, se inclina, me mira toda seria y me dice muy preocupada "¿viajas sola?"

Me dieron ganas de tirarle el pasaporte a la cabeza. Que no lo hice, porque soy una persona educada, pero que ganas las tuve. Y que la película fuera de animación no cuenta porque las películas de Pixar son muy bonitas y para todos los públicos. Y además aunque fuera menor y estuviera viajando sola, a lo mejor darte cuenta en medio de Rusia tampoco ayuda mucho. Baaaaaah gente idiota.

Entre película y película (vi El Hobbit: La Desolación de Smaug, y es horrible) conocí una familia de Pamplona que vivía en Alemania (los críos hablaban a ratos en alemán y a ratos en español) y que iban a Nagoya de vacaciones porque habían vivido allí hace años, y que además fueron muy majos. También eche una cabezadita o dos, pero fundamentalmente vi pelis y me leí un libro de 360 páginas entero.

De todos modos este es el consejo más importante del día: no habléis inglés. Intentad hablar la lengua del lugar, y hacedlo tan mal que no entiendan nada. Eso les confundirá. Y te dejarán pasar aunque no tengas visado, ticket de vuelta, ni la dirección de donde te vas a estar quedando, y no sepas el apellido ni la edad de quién se supone que es la persona a la que dices que estás visitando. Si la razón a todo eso la intentas explicar en japonés y sin dormir y con jet lag, al final se cansan de intentar entenderte y te dejan pasar aunque no tengan ni idea de lo que les has dicho.

Al aeropuerto me vino a buscar mi jefa, muy maja. Me llevó en coche al colegio, y pasé allí el día, viendo las clases y conociendo a un montón de profesores y recibiendo un montón de información de la que no recuerdo nada, los niños son adorables, evidentemente, y hablan un inglés de caer de culo. Una niña de doce años japonesa me hablo en inglés sobre la Guerra Fría. Los de cinco años pueden entender textos de una página.  Y además la mayoría tenía ganas de hablar conmigo y preguntarme cosas. Más cuquis.

Los profes son muy majos, y de todas partes. Sri Lanka, Japón, Rumanía, Estados Unidos, Reino Unido... Y un mexicano, y un peruano, y el rumano también habla español. Vamos a conquistar el colegio y empezar a enseñar en español, ya lo veréis. Pero vamos, que todo el mundo súper mano, y me dejaron quedarme por las clases y ayudar y eso.

Por lo demás, el jet lag es horrible. Me dormí a las nueve de la noche, me desperté a las siete... Y el día lo dediqué a comprar cortinas y esas cosas. Y a ver Project Runaway porque de repente me encanta un reality show sobre diseñadores de moda.

Por lo demás, se aproxima un tifón. Os dejo con la intriga.

3 comentarios:

  1. Grandioso. Fer y yo nos reímos a carcajadas con el despiste de la azafata. Que divertidas son las pelis de Cómo entrenar a tu dragón y que mala es El hobbit, ¿verdad? en su día salí enfadadísima del cine, encima nos cobraron casi 12€ (ahora lo que hacemos es ir al autocine, como estamos en el coche y nadie nos oye, despotricamos a gusto).
    Me alegro infinito de que te diesen esa bienvenida tan molona.
    Acuérdate de las recetas ;)

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  2. Una sugerencia: Pon el tamaño de fuente del cuerpo de texto algo más grande, que nos vas a dejar ciegos <3

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  3. Anda que si te llegan a decir que no puedes entrar en Japón y te hacen dar la vuelta...si querías tirarle el pasaporte a la cabeza a la azafata no sé qué les harías a los de las aduanas.
    De acuerdo con Marina por lo de la fuente, por cierto. Los asiduos a las gafas lo agradeceremos.

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